Mi mirar es nítido…

II

Mi mirar es nítido como un girasol.
Tengo la costumbre de ir por los caminos
mirando a la derecha y a la izquierda,
y de vez en cuando mirando para atrás…

Y lo que veo a cada instante
es aquello que nunca había visto
y sé por eso dar con generosidad…
Sé tener el pasmo esencial
que siente un niño si, al nacer,
notara que nació de veras…
Me siento nacido a cada instante
para la eterna novedad del Mundo…

Creo en el mundo como en un malquerer,
porque lo veo. Pero no pienso en él
porque pensar es no comprender…
El mundo no se ha hizo para que pensemos en él
(pensar es estar enfermo de los ojos),
sino para mirar hacia él y estar de acuerdo…

Yo no tengo filosofía, tengo sentidos…
Si hablo de la naturaleza, no es porque sepa lo que es,
sino porque la amo, y la amo por eso,
porque quien ama nunca sabe lo que ama

ni sabe por qué ama, ni lo que es amar…

Amar es la eterna inocencia,
y la única inocencia es no pensar…

Alberto Caeiro

Soy un cuidador…

Poema XIX

Soy un cuidador de rebaños.
El rebaño son mis pensamientos
y mis pensamientos son todos sensaciones.

Pienso con los ojos y con los oídos
y con las manos y los pies
y con la nariz y la boca.

Pensar una flor es verla y olerla
y comer una fruta es conocerle el sentido.

Por eso cuando en un día de calor
me siento triste de gozarlo tanto,
y me echo de espaldas sobre el pasto,
y cierro los ojos calientes,
siento todo mi cuerpo echado en la realidad,
sé la verdad y soy feliz.

Alberto Caeiro