Poema XIX
Soy un cuidador de rebaños.
El rebaño son mis pensamientos
y mis pensamientos son todos sensaciones.
Pienso con los ojos y con los oídos
y con las manos y los pies
y con la nariz y la boca.
Pensar una flor es verla y olerla
y comer una fruta es conocerle el sentido.
Por eso cuando en un día de calor
me siento triste de gozarlo tanto,
y me echo de espaldas sobre el pasto,
y cierro los ojos calientes,
siento todo mi cuerpo echado en la realidad,
sé la verdad y soy feliz.
Alberto Caeiro